martes, 21 de abril de 2020

memorias de África

Memorias de África

Queridos lectores:
Mi nombre es Karen, llegué de la mano de mi marido el Barón Blixen a Kenia, para atender un ganado de vacas, pero mi error fue pensar así, puesto que teníamos una granja al pie de las colinas y trabajaríamos en una plantación de café, ante la incredulidad de todos pensando que una mujer no sería capaz de hacerse cargo de una plantación.
Ya que provenía de una ciudad de Dinamarca, encontré la valentía para crear un dique y hacer un embalse.

Cuando estalló la guerra con Europa, mi marido se fue con las tropas y prefirió las armas por lo que me quedé sola, querían que me fuera a la ciudad y dejara mi casa. Me fui con mis amigos los indígenas como creían ellos, durante un trayecto muy peligroso donde tuve que defenderme de los leones a latigazos, acampar a la intemperie pasando toda clase de penurias, para hacerles llegar un cargamento de víveres a las tropas auxiliares. Su discriminación se desvaneció ante sus miradas cuando me vieron llegar.
Volví a la metrópoli, con mi marido cayendo enferma de sífilis, por lo que tuve que regresar a mi ciudad Dinamarca por medicinas, lo que no intuí es que mi auténtico arsénico para curarme, se encontraba en la África que había dejado atrás donde sanaría mi alma.
Mi primer desencuentro que tuve la oportunidad de sentir, en contra de los derechos de las mujeres, tuvo lugar cuando fui al club donde solo permitían la entrada a los hombres.

Viví como apartaban a los masáis de sus tierras, donde unos racistas ingleses colonizaban Tanganika, una colonia que antes de la Primera Guerra Mundial pertenecía a Alemania, y sufrían la explotación y discriminación de sus vidas.
Las secuelas de mi enfermedad me imposibilitaron tener hijos. Por esto sentí la necesidad maternal y me llevó a crear una escuela para evitar el analfabetismo. Aunque en realidad eran ellos los que tenían tanto que enseñarnos a nosotros como su cultura, su religión, etc…
 Momento en que le pedí al jefe de la tribu que me permitiera fundar una escuela para los niños


Encontré el amor en un alma libre durante la fiesta de año nuevo, Denis, por el cual aprendí que no necesitábamos a nadie, ni pertenecemos a nadie. Era un cazador de marfil hasta que el gobierno lo prohibió. Entonces me pidió que lo acompañara de Safari, su nueva ocupación. Viajando en avioneta  pude contemplar que por las noches en África las estrellas brillan más. Vimos una región de búfalos, paisajes verdes de grandes llanuras, valles inmensos, sus montañas donde corrían grandes cascadas y aguas cristalinas.

Viajando con Denis en avioneta pude contemplar la maravillosa África


Desde el cielo azul veíamos las manadas de animales corriendo, pájaros… y alzábamos nuestras manos entre las nubes.
Vivimos días felices entre bailes, con su maravillosa música de Mozart, baños en la playa al amanecer… Pero no iba a estar más unida a él por un papel, por lo que lo dejé marchar.
Se produjeron inundaciones, el mar quería lo que le pertenecía, abriéndose camino entre las tierras.
Después de un incendio que me llevo a la bancarrota por perder la cosecha, entendí que era el momento de abandonar. El accidente de Denis dejó un gran dolor en corazón.
Pedí al nuevo gobernador que necesitaba unas nuevas tierras para mi gente “mi tribu” antes de mi marcha, su mujer me lo concedió. Al marchar dejé una brújula a mi auxiliar ayudante porque él me necesitaría para volver.

Aquí estaba suplicando al nuevo gobernador para que cedieran unas tierras a los indígenas, por primera una mujer tuvo protagonismo y me prometió que así sería


Los hombres de club me invitaron donde reconocieron por primera vez mi presencia, sin querer había conseguido mucho por el sufragismo por mi forma de ser.



Les pido que cuiden tanto a lo que yo amé, hay unos fieles leones que se postran en la tumba de mi querido amado, Denis. Siempre agradeceré las vivencias que pude sentir en ese lugar tan maravilloso, una visión del mundo a través de los ojos de Dios.


Una pareja de leones en la tumba de Denis





1 comentario:

  1. Hola, Natalia. Me alegra mucho comprobar que te has podido incorporar a la realización de las actividades de clase. Te las corrijo (teniendo en cuenta que se publican fuera de plazo significativamente). En este caso, un poco me confunde ver que por un lado compartes información e impresiones de carácter general que pueden interesar al lector de un artículo o carta pública, que aparece en un periódico, y hay otros párrafos donde adoptas un enfoque privado. Dicho en otras palabras, confundes el receptor de la producción. Los términos que introduces, en cambio, están bastante bien incorporados, con coherencia, lo que demostraría que realmente entiendes lo estudiado, lo trabajado... Las imágenes se comentan correctamente. Calificación (teniendo en cuenta las circunstancias de retraso): 5,5.

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