19 de mayo de 1823
Querida Maggie:
Desde hace mucho
tiempo he pensado en hacerte esta carta pero no he podido sacar tiempo para
escribirte, ya que desde que dejé de ser jornalero del campo aquel día 19 de
enero de 1794 cuando desperté sobre las 7:30 de la mañana para coger un tren
desde nuestro pequeño pueblo de Inglaterra hasta la capital con la
inestabilidad de saber si todo iba a salir bien o no, y también con esa
sensación de dolor al dejar a un ser muy querido en donde fue mi hogar durante
muchos años, desde ahí no sabía todo lo que me esperaba y que no iba a poder
encontrar ni un solo minuto para descansar. Sé que esto solo será un bache en
nuestra relación ya que es muy fuerte y siempre hemos estado muy unidos, sé que
la distancia separa pero nosotros hemos pasado por momentos peores y aquí
seguimos juntos y enamorados, solo quiero que sepas que cada instante pienso en
ti, en lo bien que lo pasábamos juntos, me encantaría poder volver a ese
momento donde nos tumbábamos en la hierba verde rodeados de flores, dónde solo
se escuchaba el sonido de la suave brisa pasando, aquellos pájaros trinando,
mientras corría el agua cristalina por el largo río y no estar rodeado de
maquinismo que nos hace aún más dependientes, ya que estas máquinas nos están
haciendo la vida tan fácil que seguramente en unos años, ya ni sabremos cómo
comer.
He perdido
contacto con muchos de nuestros viejos amigos del pueblo, debido al éxodo
rural, han tenido que abandonar sus familias y casas para poder subsistir
debido a los pocos recursos. Me encantaría que pudieras venir a visitarme a la
ciudad, para mostrarte como es la vida aquí tan agitada por las múltiples
industrias que se han creado como por ejemplo de automoción donde se fabrican
automóviles, como también industrias de energía que transforman la materia en
forma de luz, calor… Tengo varios compañeros obreros; Manolo, Juan y Mario con
los que me reúno algunas veces cuando terminamos la jornada que suele ser poco
frecuente, ya que nuestro capataz no nos lo permite, es muy exigente y nos
obliga a realizar horas extras debido al aumento de la productividad, bueno te
sigo contando que me voy por las ramas, cada vez que me reúno con ellos, surge
la idea de hacer un sindicato obrero que se llamará Internacionales Obreras
para defender nuestros intereses laborales y luchar contra el capitalismo que
nos explota, donde ellos se enriquecen como por ejemplo las industrias de la
electricidad y cada vez hay más diferencia entre los obreros que nos sentimos
más oprimidos y con trabajos precarios, mientras los burgueses cada vez viven
mejor entre lujos, también estamos cansados de ser explotados por el empresario
de la empresa, esto conlleva a realizar una huelga prohibida, pero como su
propio nombre indica es algo ilegal y estaría rodeado de policías que nos
tacharían y nos condenarían por anarquistas, cuando nosotros solo queremos
luchar por nuestros derechos, ya que mientras los más enriquecidos pueden vivir
como quieren, uno está aquí bajo cuatro paredes escribiendo con un triste papel
y una pluma a su mujer que está a miles de kilómetros, ya sabemos que este
suceso puede llegar a ser algo muy peligroso pero cada vez estamos más
decididos a cambiar todo esto. Otra opción que tenemos es crear una
manifestación para reivindicar nuestros derechos de un trabajo digno, sueldo y
condiciones de trabajo óptimas, ya que debido al taylorismo no tenemos calidad
en el trabajo.
Algo que también
es muy importante aquí es el carbón y el petróleo, que es lo que hace que todo
este mundo de la industria pueda funcionar, también son muy contaminantes, una
de las cosas por las que echo de menos el campo. Ya que allí no teníamos que
preocuparnos por contaminar porque de lo máximo que te tenías que preocupar era
por hacer la rotación de cultivos a su hora, y después te podías tumbar en las
hierbas a tomar aire fresco y descansar un poco de todo el duro día.
El mundo de la
ciudad también tiene sus ventajas, gracias a la maquinaria de la que
disponemos, tenemos más trabajo para todos, electricidad, mejoras en el
transporte, todo es un mundo de innovación.
Pero lo más
triste es que a pesar de todo el esfuerzo que hacemos para poder sacar un
mínimo salario, todavía se puede observar en las calles la gran desigualdad que
hay entre gente rica y gente que no disponemos de tantos recursos. Y bueno
Maggie sé que estarás lamentándote por mí, ya que con esta pequeña carta lo
único que te he traído son desilusiones, pero no te preocupes porque lo que me
hace poder seguir para adelante es pensar que te tengo a ti, sé que pronto nos
veremos, no te preocupes por mí, cuídate mucho y no me olvides.
Te quiero mucho
y siempre estarás en mi corazón.
Charlot.